Omaira Albornoz, alumna de Bachillerato en Ciencias, nos cuenta su experiencia en la toma de la sede Curauma de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
En primera instancia, la alumna no quería que sus palabras fueran publicadas, pero luego de una conversación accedió.
Ella entiende su papel, como individuo activo dentro de los hechos, y se ha propuesto alentar a que se participe de las actividades de la ocupación, y explicar a sus compañeros menos informados, los porqués y pormenores del asunto.
También, asegura no estar dispuesta a palidecer y aguantar hasta el final. No obstante, está consciente de que a pesar de que manifiesta la opinión de la mayoría de su curso, pueden haber algunos individuos que no se muestren de acuerdo con sus dichos.
-¿Cuál es el granito de arena con el que aportas?
-Primero que todo, tengo que aclarar las dudas acerca de los objetivos de la toma y alentarlos (al resto de los compañeros) para que apoyen la causa. Porque si los cabros están en desacuerdo con el petitorio o si están desinformados es imposible hacerlos venir y que apoyen.
Además cabe mencionar la motivación de cada persona, y si es del tipo que aperra en estas circunstancias. Si no lo es, ¿pa’ qué perder el tiempo convenciéndolos?
-Bien. ¿Cuál es su visión del petitorio? ¿Le agregaron más cosas que estimaran conveniente o lo dejaron tal cual?
-Bueno, en general nosotros como carrera no tenemos ningún problema con la “U”, porque tenemos nuestro correspondiente “lab” y no pagamos los materiales aparte, como pasa en otras universidades. Lo que si, lo apoyamos al 100%, no por ser de ciencias, sino porque es un problema común que tenemos la mayoría de los estudiantes.
-De alguna forma están solidarizando con el resto de los estudiantes.
-No tanto solidarizando, porque son problemas puntuales que nos afectan a todos. Por ejemplo, a mi me afectan directamente, por eso aun no flaqueo en esta actividad.
Sé que hay personas con problemas que podría tener yo y lo mejor sería unirnos y trabajar juntos por la causa.
Reporteado por: Pablo Bahamonde.
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